Facultad de filosofia
Héctor Josué Avellaneda S
los comienzos de la filosofia al igual que muchas otras cosas dentro del cosmos, tuvieron un fin especîfico.
Las interpretaciones adecuadas de las cosas en muchas ocasiones pueden ayudar a salvaguardar ese orden o equilibrio natural, preservando asî de alguna manera la verdad objetiva de las mismas que se extenderân sin mancha en el transcurso del tiempo, conservando asi su fidelidad y veracidad.
la postura Sofîstica constituye un saber racional fundamentado en la sabiduria, alude a la iluminaciôn de las mentes menos privilegiadas, pues simetadas en un menguaje articulado y elocuente quiere ensenar a desentranar los conocimientos mismos desde su fuente y origen, involucrando todos los âmbitos del ser humano que lo construyen positiva y negativamente.
Aunque estos no poseîan en sî escuelas dedicadas a la ensenanza y a la formaciôn de nuevos adeptos, parecîan responder âbidamente a las necesidades comunes de muchos de su épocaen cuanto a precariedad intelectual se refiere. Hechiceros y artesanos prôvidos de afluencia inucitada de palabras, juegan y manipulan a su anntojo las mentes débiles de aquellos que compartiendo su misma naturaleza, no fueron privilegiados por tan grandes dones, a saber la elocuencia.
En el encuentro del mythos y el logos decîamos que ese universo al cual hacîa referencia en el umbral de este escrito, un dîa volverîa a ser representado por la palabra misma, dotada de todo significado y cargada de una lata cuota de conocimiento y convencimiento pero ademâs de certitud y me atrevo a decir pensar que el apogeo mismo de esa digna representaciôn estuvo a punto de llegar a serlo con los sofistas quienes de seguro y sin saberlo, lo canjearon por la ambiciôn y retribuciôn econômica, marcando el ocaso de tal utopîa.
Pero en definitiva, Qué pudo haber marcado el descens de estos magos? lo fue acaso su obseciôn econômica o fue talvez el afân de reconocimiento de los otros pensadores invadidos de arrogancia intelectual , deseosos de reconocimiento?; fue talvez su aptitud relativista y escêptica descontextualizada y desfazada para la época?. Sea cual fuere el caso , el sofismo parece ser hoy en dîa la representaciôn mâs perfecta de la realidad, con lo cual concluyo al afirmar que nisiquiera el mismo Sôcrates ni Platôn ni aristôteles tuvieron éxitos en su afan de hacerlos parecer como indeseados y peligrosos para la polis, pues hoy en dia parecen estar mâs erguidos que ningûn otro pensador de la Grecia antigua.
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